¿Qué es ser mamá?

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Ser mama

Ser mamá es cambiar tu vida entera, por personas que se convierten en tu vida.  Es llenarte de huellas: arrugas, estrías, ojeras, morados, estómago flácido, que, aunque nunca soñaste tener, son una consecuencia de tus sueños.

Ser mamá es pasar noches en vela cuando tus hijos están enfermos, noches en vela reclamando que no quieren dormir, noches en vela queriendo que estuvieran durmiendo en su cama, desde que son bebés hasta que son adolescentes.  Es querer silencio absoluto cuando están durmiendo, para poder tener minutos de paz.  Es temer a sonidos durante la noche porque pueden significar que se levantaron.  Es extrañarlos aún cuando creías que no lo harías.

Ser mamá es pasar días despeinada, sin reconocerte, porque no tienes tiempo de ser tú.  Es pasar horas arreglando a tus hijos, y dejar solo minutos para ti.   Es cambiarlos varias veces al día, cuando tu apenas tienes tiempo para cambiarte.  Es terminar los días como si hubieras corrido una maratón, cuando todo lo que hiciste fue quedarte en casa con los niños.

Ser mamá es aguantarte el llanto cuando tus hijos te lastiman para no asustarlos.  Es llorar en silencio por el cansancio extremo.  Es reír a carcajadas en las noches recordando.  Es terminar los días con dolor de espalda por correr agachada.  Es sentir que los brazos te tiemblan cuando tus hijos tuvieron un día difícil y quisieron pasar en ellos todo el tiempo.

Ser mamá es vivir preocupada por todo, por si está bien, por su desarrollo, por su felicidad, por el cupo en el colegio, porque no sabes si tiene amigos, por si come, por si no come, por todo.  Ser mamá es sentir que nunca estás haciendo suficiente, aunque estás haciendo todo.  Ser mamá es dudar de tus decisiones todos los días, pero saber que no existen respuestas correctas o incorrectas.   Ser mamá es tener miedo de estar haciendo lo correcto.  Ser mamá es sentir que no sabes nada, cuando probablemente sabes lo suficiente.

Ser mamá es sonreír como adolescente enamorada cuando ves una foto de tus hijos o cuando recuerdas una travesura.  Ser mamá es querer que crezcan pero al mismo tiempo querer que sean bebés para siempre.  Ser mamá es reírte de travesuras cuando sabes que deberías estar enojada.  Ser mamá es frustrarte cuando no obedecen, aunque sabes que estás interrumpiendo la diversión.

Ser mamá es saber que no tendrás tiempo para ti, pero aún así, tratar de hacerlo.  Ser mamá es sentir a veces que no tienes vida.  Es olvidarte de que ésta, es tu nueva vida.

Ser mamá es dudar de si eres buena o mala.  Ser mamá es llenarte de dudas por tantos sentimientos y tantas emociones.  Ser mamá es llorar de alegría, de tristeza, es llorar.  Ser mamá es saber que la felicidad está en los pequeños momentos, no solo en las cosas grandes.

Ser mamá es ser pintora, escultora, artista que vivirá siempre tras bambalinas, moldeando una obra de arte.  Ser mamá es querer que tus hijos sean los protagonistas de su historia, aún con la tentación de controlarla.

Ser mamá es sentirte como tu primer día de clases cuando vas a ver a otras mamás.  Es compararte, aun cuando no tienes comparación.

Ser mamá es lo más maravilloso, a pesar de ser el reto más grande de tu vida.

Ser mamá es saber que nadie te agradecerá todos los días, pero sentirte agradecida por cada día.

Ser mamá es sentirte débil, cuando probablemente no hay nadie más fuerte.

Ser mamá es tener superpoderes, pero sentirse sin poder.

Ser mamá es ser una persona extraordinaria, que se siente ordinaria.

De mamá a mamá ¡Feliz día de la madre! ¡Gracias por todo!

Me converti en mama, pero no deje de ser hija

A mi mama,

El dia que nacio mi primer hijo,  mi identidad cambio, pase a ser mama de alguien, a ser responsable de una persona, pero antes de ser esposa de alguien y mama de alguien, fui y sigo siendo hija.  No deje de der esposa al convertirme en mamá, pero principalmente nunca deje de ser hija ni al convertirme en esposa, ni en mamá.  Es probable que cuando me converti en esposa no te busque tanto, estaba en estado de enamoramiento, mi esposo y yo viviamos en una burbuja y probablemente solo te llamaba para preguntarte como hacer una receta (porque si, la cocina y yo nunca hemos sido cercanas).  Lo mismo sucedió cuando me mude sola, éramos mi libertad y yo.  Así que probablemente creerías que el convertirme en mama me iba a alejar de ti, que no tendría tiempo para buscarte, pero todo lo contrario, es ahora cuando mas te necesito.  Es ahora que no solo te necesito, sino te valoro mucho mas tambien.

Tu sabes como fue cuando nació mi primer hijo, estuviste allí a mi lado, me viste en estado de crisis, no quería ver a nadie más que a mi esposo y a ti. No queria mas visitas. No queria mas familia. No. Queria alguien con quien pudiera llorar, a quien pudiera despertar a media noche si necesitaba ayuda, y en especial alguien que me perdonara si en algun momento llegaba a gritar.  Y fuiste todo eso para mi: el hombro para llorar, los brazos para abrazar, la desvelada para ayudarme a descansar, y me perdonaste por esas veces que te grite.  A pesar de que dicen que el segundo es mas facil (y probablemente lo es), de nuevo te necesité, incluso mas que la primera vez, alguien se tenia que hacerse responsable de mi hijo mas grande (que aceptemoslo, todavia es un bebe).   Eras la unica persona en quien podia confiar para dejar a mi hijo en ese momento, porque mi ser controlador necesitaba esa paz de que las cosas se iban a hacer exactamente como yo las hago, y mi hijo no tendría cambios en su rutina, en su casa, y no necesitarías llamarme para preguntarme cómo hacerlo, porque aunque a veces discutamos respecto a eso, tu sabes cómo quiero que se hagan las cosas.  De nuevo te agradezco por haber estado alli para mi, y por haberle dado a mi hijo la dosis de amor perfecta para que no sintiera nuestra ausencia en esos días.

Y es que quiero que sepas, que realmente no he dejado de ser hija, aquella niña que sostenías en tus brazos, aquella con la que estudiabas, aquella con la que bailabas, a la que levantaste cuando se tropezó, a la que regañaste, a la que abrazaste cuando lloraba por amores perdidos, a la que acompañaste cuando estaba enferma, y a la que ayudaste un millón de veces más. Sigo necesitándote como te necesitaba esa niña.  Necesito tus abrazos, tus consejos, tu alegría, tus cuidados, y acepto que a veces también necesito tus regaños.

Sabes que cosa que me hace feliz de tener una niña? Que algún día seré esta persona para mi hija, esa amiga que necesitará y que la acompañará, porque mi hijo probablemente me necesitará de diferente forma, y algún día una mujer tomará ese papel de mejor amiga, pero con una hija, nadie, nadie, nadie, será una amiga como su mamá.

Lamentablemente, viviendo fuera, no puedes estar presente fisicamente todo el tiempo conmigo, pero siento tu apoyo en la distancia, se que te puedo llamar a cualquier hora y se que puedo llorar por mis desvelos, pero sobre todo, sé que entenderás.  Aun asi, quisiera que pudieras quedarte aqui conmigo muchisimo tiempo mas, que pudieras acompañarme y ayudarme a descansar, quisiera que pudieras seguir siendo mi compañera de proyectos, la que escucha todos mis sueños, la que de lanza al piso a jugar con mi hijo, la que me escucha cuando me enojo con mi esposo y me hace ver que la loca soy yo.  Gracias por ser todo para mi, por acompañarme a ser feliz, por haber estado conmigo en el nacimiento de mis dos hijos, los dos momentos mas importantes en mi vida, y aunque sé que has estado en muchos otros, realmente estos dos son probablemente en los que más te he necesitado.  Y sé que seguramente llega un momento en el que te aburres, en el que tienes que regresar a tu casa a tu vida, a mis hermanos, a mi papá, a tu casa, a tu realidad, pero aun así no te has negado a hacerme compañía, y eso es algo que realmente no se olvida.   Sobretodo te agradezco por entender que cada vez que grito, que cada vez que me enojo, que cada vez que entro en crisis, hay una razón, y estar abrumada o desvelada es probablemente la principal.

Espero poder algún día devolverte lo que has hecho por mí.  Te quiero muchísimo mama.

Tu hija.