A mis amigas sin hijos

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Grupo de Amigas-168

Desde hace tiempo me he debatido en qué decirles.  Mi vida ha cambiado tanto que a veces no tenemos cosas en común.

¿Se acuerdan cuando hablábamos todos los días? ¿O cuando podíamos comentar el sábado de como había estado nuestra noche del viernes?

Creo que si les digo qué hice el viernes: bajar fiebre, limpiar un par de nalguitas sucias, sacarme leche mientras cenábamos, preparar la ropa de la natación, ir a la farmacia (porque siempre hay algo que hace falta, no necesariamente medicinas), y, cuando llegó el plan más esperado, acostarnos a ver una película, nos quedamos dormidos; seguramente se espantarían.  Probablemente no más de lo que las espanté los primeros meses cuando nació mi primer bebé, con mis llantos de desvelos, mi frustración de la lactancia o simplemente mi cansancio extremo.

Pero quiero que sepan que soy inmensamente feliz, aunque las arrugas en mis ojos, o las estrías en mi vientre parecieran decir otra cosa.

Eso no significa que tener hijos sea la única razón de felicidad.  Y si no está en su plan de vida, las entiendo perfectamente.  Porque aunque sea feliz, a veces envidio su libertad, a veces envidio la capacidad que tienen para descansar, o sus planes espontáneos, sus viajes sin cargar con millones de maletas, sus viajes con amigas, sus almuerzos sin convertirse en pulpo, sus idas al cine, sus carreras prominentes, pero sobre todo, el tiempo, el tiempo que tienen para devorarse el mundo.

¿Si lo volvería hacer? Mil y un millón de veces sí.  Aún con lo que trae, volvería a tener a mis hijos, siempre.  ¿Si tendré más? No lo sé.  No me pregunten eso.  Estoy en una fase de supervivencia, hay días que no sé ni cómo se llaman mis hijos, o qué día es, o si mi blusa combina con mi pantalón, muchísimo menos sé si tendremos más hijos.  Con los que tengo, tengo las manos llenas y el corazón también.

Sé que si ustedes ven el caos en el que se ha convertido mi vida, dudan de si quieren eso para ustedes.  Y es que yo no lo escondo, es difícil, es caótico, es agotador, pero es maravilloso.  A veces les muestro solo el lado terrible y no las bombardeo con los primeros aplausos, la primera gateada, los primeros pasos, las primeras sonrisas, será que me acostumbré a poderles decir todo, y las uso para desahogarme.

Sea cual sea su decisión, si quieren tener hijos o no, si pueden tener hijos o no, yo las apoyaré.  Porque si algo he descubierto es que por más increíble que sea, es una decisión que te cambia la vida.  Demasiado.  Así que sea cual sea en la fase en la que estén, disfruten el tiempo antes de tenerlos, o su tiempo si nunca los tendrán.  Disfruten las cosas triviales, una ducha larga, una comida caliente, manejar escuchando su música a todo volumen, dormir hasta tarde, dormir todo el día, dormiiiir, disfruten de dormir, hacer ejercicio sin presión de tiempo, hacer planes sin planear, disfruten todo.  Porque más adelante van a disfrutar, pero estas pequeñas cosas, seguro las van a extrañar.

Lo que puedo decirles sin lugar a dudas, es que las extraño como nunca.  Extraño poder estar en la misma página que ustedes, aunque sé que es imposible, extraño poder buscarlas para consejos, extraño poder hablar por horas.  Lo extraño.

Sé que probablemente no he sido la mejor amiga para ustedes.  Tengo tantos roles ahora, que me cuesta ser esa amiga que está presente en todo momento, esa amiga que puede acompañarlas en sus planes, en sus experiencias, esa amiga que siempre está allí.  No significa que no quiera hacerlo, quiero que sepan eso.

El día que estén en la misma fase que yo, me podrán llamar a deshoras, llorar en mi oído, sea cual sea su estilo de ser mamá, las entenderé completa y absolutamente, y sobre todo, seré feliz, feliz de compartir con ustedes el camino de la maternidad.

Foto por David Photoimagen

Extraño a mi mejor amiga

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Realmente extraño a mis amigas en general, no por la distancia, sino por el tiempo.

Extraño el tiempo de tener amigas y extraño ese tiempo de ser amigas.

No hace mucho juramos que ibamos a ser inseparables, que ninguna relación nos iba a separar o forzar a dejar de ser prioridad. El dejar de salir juntas era algo que jamas creímos factible, porque siempre íbamos a ser esas mujeres divertida que eramos en ese momento (y probablemente tú sigues siendo).  El no saber como esta la relacion de la otra era impensable, no digamos el no hablar todos los días… Pero cambió, las cosas cambiaron, la vida pasó e hizo que todo fuera diferente. Ahora no sé en que están tus relaciones, no hablamos todos los días, no tenemos conversaciones filosóficas, no salimos a parrandear juntas, y tristemente, no somos la prioridad de la otra.

Y es que primero llego la vida que nos separó de país, y aún así logramos hablarnos todo el tiempo, hasta teniendo 6 horas de diferencia, hablabamos todo el día! Luego llegaron los hombres, es innegable que el tener una relación, viviendo en diferentes países, nos iba a separar… Más porque no necesariamente estabamos deacuerdo con la relación de la otra.  Pero nada como cuando me convertí en mamá, en ese momento fue cuando más nos separamos, porque fue en ese momento donde se acabó el tiempo! Si antes no tenía tiempo, ahora menos!

La verdad en este último año me hiciste falta, pero no tuve tiempo de extrañarte tanto, necesitaba a mis amigas mamás más que a ti, eso lo tengo claro.  Además, tus horas de fiesta son mis únicas horas tranquilas para platicar… Ahora que mi hijo tiene mas de un año, siento un vacío en mi vida porque necesito esa amiga con la que puedo filosofar, esa amiga con la que puedo llorar cuando estoy harta, y esa amiga con la que puedo hablar de zapatos, ropa, grasa, fiestas, y para que negarlo, chismear! No sé si todas lo extrañan, pero es increíble el agujero que se abre entre tú y tu amiga soltera que sabía todo de ti, solo por el hecho de que no tienes tiempo para pensar nunca en nada mas que en pañales, cuentas por pagar, inscripciones del colegio, etc…

Quiero que sepas que quisiera haber cumplido todas las promesas que hice, pero realmente no tengo tiempo para nada, y cuando tengo tiempo, tu estas en medio de tu divertida vida social… A esa hora es que yo estoy acostándome en mi cama, relajándome un rato y encendiendo la computadora para avanzar en pendientes tanto personales como laborales.

Solo quería que supieras que te extraño, y que estoy allí si me necesitas, quería pedirte perdón por esa distancia que hay entre nosotras ahora, se que algún día lo entenderas…

Te diría que te apures para que nuestros hijos no se lleven tanto tiempo, pero la verdad me encanta que sigas disfrutando la vida, todo a su tiempo, disfruta y sé mi amiga, aunque yo no sea tan buena amiga hacia ti, yo te quiero como si este tiempo separadas no hubiera pasado…